Título: Fuego y Tempestad
Autor: Gerardo Jesús González Jiménez
Editorial: Círculo Rojo
Número de páginas: 148
Año de publicación: 2016
La frase: “Su mirada tenía las llaves de mi alma. Mis besos no hallaron descanso. Se abrazaron con sus labios y en su aliento se cobijaron mi boca y mis manos. Fueron su piel y su sonrisa campos de batalla donde iban mis besos, cual soldados en la muralla.”
Valoración:
Sinopsis
Fuego y Tempestad se divide en 10 capítulos. En cada uno de ellos, se narra la historia de un caballero que se enamora de una doncella que le lleva a la locura. Así, en los capítulos 1 y 2, el galán se desvela de su sueño en la noche al inmortalizar los momentos vividos con su amada, la busca por todos lados pero no la encuentra y la única forma de sentir sus caricias y besos, así como perpetuar su recuerdo eternamente, es escribiéndole esta poesía. En los capítulos 4 y 6, su amada se va como el viento y llora su ausencia. En el 7, la mujer le tienta su deseo de pasión. En el 8, 9 y 10 la trama se complica, ya que aparecen 3 mujeres diferentes, dónde por cada una siente un deseo diferente. Cada capítulo meterá al lector en una intriga apasionante.
Reseña
La noche era fría y tormentosa. Tenebrosa. Su silueta se reflejaba en la ventana. Triste, melancólico. Las estrellas del firmamento parecían formar la mirada de su amada. La habitación estaba impregnada de un olor a soledad. Su Diosa, su musa, su mujer. Isabella se había desvanecido y su magia ya no iluminaba los días. Ojos verdes, cabello color miel y una voz angelical que le abandonaron hace ya demasiado tiempo. Sin ella, su vida no tenía sentido alguno. Sin ella, su corazón, sereno y suave en su presencia, se había tornado marchito. Su mente evocaba el recuerdo del primer beso. Las primeras caricias que la ladrona le robó y cuya piel hacía emerger una conexión sobrenatural. El viento era su nuevo amante. Solo este podía tocar el rostro de su sueño hecho mujer.
Su corazón herido fue reparado tiempo atrás por la doncella de su vida. Su existencia se llenó de calor, su sangre de nobleza y ternura. No supo prever su huida. No quiso interiorizar lo que se avecinaba. Ahora, envuelto en un halo gélido, Isabella volvía a él una y otra vez en forma de poema. El alcohol, que transformó su cariño en rencor, no logró aplacar al sufrimiento.
Opinión
No soy una gran entendida de la poesía, así que espero que el autor y los lectores perdonen tanto mi reseña como mi crítica. Envidio a aquellos que, mediante versos, logran transmitir tantas sensaciones. Gerardo Jesús González Jiménez no ha sido menos. Sus páginas rebosan múltiples emociones. Durante toda la obra, el desaliento y el desencanto se fusionan de una forma correcta con la pasión y la ilusión.
Poesía en forma de prosa relatada en primera persona por un protagonista desanimado por sucesivos abandonos amorosos. Sin embargo, la narración se torna confusa y repetitiva a cada página. La primera persona pasa a segunda, la alusión al lector se entremezcla con su ausencia. El léxico, poco nutrido, repite una y otra vez la misma acción con distintas doncellas. Los nombres de mujeres aparecen y desaparecen, para luego volver a hacer acto de presencia. La gramática, ortografía y estilo dejan que desear, quedándose a medio camino.
Quizás sea mi ojo crítico, mi ojo de periodista, de correctora, lo que me impide ver más allá. Sin embargo, ante estas confusiones, no puedo permanecer indiferente y desgastan mis ganas de lectura.
De nuevo, repito, no soy experta en poesía. Una buena idea quizás no convenientemente ejecutada o revisada. Pero sí soy algo competente en corrección, por lo que hay cosas que no puedo dejar pasar. Aún así, la obra del autor merece ser leída con calma, con tiempo, con dedicación y con gran cariño. Sus sentimientos están plenamente plasmados en cada una de las páginas. Y eso, es de agradecer.
Es que un libro que no está correctamente escrito puede ser una obra maestra, pero te quita las ganas de terminarlo porque incrementa las ganas de sacarte los ojos…. Y tú has consumido tantos libros que quizá no eres experta escribiendo, pero leyendo seguro que sí tienes tu experiencia. Besitos
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No sé si llamarlo experiencia, pero siempre he sido una apasionada de la lengua (la académica, la otra ya…), así que éstas cositas me duelen un poquito más.
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