«Te daba por muerto: una historia de amor», Pete Nelson

Título: Te daba por muerto: una historia de amor

Autor: Pete Nelson

Editorial: Planeta

Número de páginas: 348

Año de publicación: 2013

La frase: «Durante todos estos años, todas las veces que has estado en la cama con otras personas, no lo olvides, había tres en la habitación, y no dos. El noventa y nueve por cierto del tiempo yo estaba mirando. Yo no puedo estar tranquila porque hay alguien más ahí, ya sabes… Todavía tengo que estar vigilándote, incluso aunque no me prestes mucha atención. Y lo que he visto con mis ojos, como un espectador independiente, es que primero te sientes triste o estresado y entonces no tienes una erección, o primero estás feliz y entonces la tienes. Y beber te pone triste. Ésa es mi observación. Por si te sirve de algo, pero, vaya, que sólo soy un perro…, ¿qué voy a saber yo? Sólo estaba divagando.»

Sinopsis

Hay algo más absurdo que hablarle a un perro: no serle honesto. La vida de Paul Gustavson es un desastre, una carrera llena de obstáculos en la que continuamente tropieza: está divorciado, su forma física es deplorable y su estado de salud penoso, su padre ha sufrido una embolia, tiene una relación inestable y problemas de impotencia… Pero tiene a Stella. Stella es la perra de Paul: escucha con paciencia sus quejas sobre las injusticias de la vida, y le da su opinión sincera y certera, con comentarios llenos de razón e ironía. Stella es la voz de la conciencia de Paul, su norte, su confesora, la única constante con los pies en el suelo en un mundo que no deja de girar y cambiar.

Reseña 

Unos ojos penetrantes clavan su mirada en la puerta de la casa, una vivienda situada junto a las vías del tren, en la ciudad de Northampton. El mes de marzo de 1998 se presenta duro. Todavía seguía nevando. Paul Gustavson camina sobre las capas blancas con varias copas de más en su cuerpo. Cuando, por fin, abre la puerta del domicilio, una mestiza de pastor-alemán y labrador de quince años le recibe entre suspiros. Stella, una perra con un fuerte sentido de la protección, le dice a su dueño, cuando finalmente regresa, que le daba por muerto. Durante un largo paseo, Paul le explica a Stella que tendrá que dejarla una semana en casa de Chester, su peludo novio, por motivos personal. Su padre ha sufrido un derrame cerebral y debe acudir inmediatamente a Minneapolis.

El pequeño de los Gustavson es un hombre acabado. Al menos, eso piensa él. Actualmente inmerso en la escritura de «Ciencias Naturales para torpes«, fue abandonado por el amor de su vida. Su divorcio lo hundió -aún más- en el pesimismo. Desde hace tres meses, Tamsen se ha convertido en alguien muy importante para él. Sin embargo, una situación que podría resultar beneficiosa, se torna en un completo quebradero de cabeza. Paul y la mujer llevan una relación abierta donde la confianza es el pilar sobre el que crecen día tras día. A pesar de la sinceridad, no puede dejar de dudar, de desconfiar, de perder la confianza en sí mismo. Compite por Stephen, el otro amante de Tamsen. Por si no resultara demasiado complicado, éste está casado. Toda esta figura geométrica de incontables ángulos, sume al dueño de Stella en un pozo de alcohol, impotencia sexual y frustración personal.

En su lugar de nacimiento, asiste a la complicada situación del hospital. La culpabilidad corroe su entrañas, ya que Carl padre había sufrido el derrame cuando se encontraba quitando nieve con la pala. Su hijo pequeño no le había comprado una quitanieves. De vuelta, el pequeño de la familia retoma el contacto con Bits y Carl. Su hermana realiza un interrogatorio completo, al que Paul no puede negarse, sobre su situación sentimental. Por otra parte, su hermano mayor, aquel que había sido su ídolo de pequeño, cada vez realiza más acciones que alejan su relación, y no solo por la distancia.

Ya en casa, su día a día se basa en asistir al bar del Bay State, trabajar en su libro y entablar conversaciones terapéuticas con su padre. Conexiones por chat que solo permiten al enfermo responder con un sí o un no, lo que origina que Paul cuente toda su vida sentimental y sus frustraciones en un incesante monólogo. Todas las tareas, las idas y venidas, por su puesto, siempre acompañado por Stella. Eso sí que eran charlas dignas de mencionar. Chistes, caricias, juegos y confesiones. Desde que recogió a su perra siendo un cachorro, su amor lo era todo para él.

El tiempo pasa y octubre llega y, con él, las malas noticias. Dos hechos clave harán plantearse Gustavson su existencia y su papel en la vida.

Opinión

Si eres un amante incondicional de los animales, no dudes en leer este libro. Si no lo eres, tampoco titubees. Dividida en tres partes, esta novela de Pete Nelson presenta dos frentes:

Uno, muy especial, es la relación entre Paul y Stella. Las conversaciones se suceden a lo largo de todas las páginas de una forma magistral, que dotan a la perra de opinión propia. La conexión entre ambos va incrementándose, si eso es posible, a cada momento. Un manual completo de lealtad, amistad verdadera y de confianza plena. Auténticas conversaciones terapéuticas, filosóficas y cargadas de humor.

Por otro, la conversión que experimenta el protagonista. Un hombre que, desde su superación, no levanta cabeza. Alcohólico, solitario y frustrado, Paul no ve el futuro con optimismo. Por ende, las enfermedad de su padre y varias circunstancias en allegados, le convierten en un hipocondríaco titulado preocupado por su salud. Un cambio personal, un aprendizaje natural, que va dejando resquicios en toda la obra. Las relaciones personales aumentan en calidad gracias a su cambio de filosofía. Una situación familiar digna de estudio.

El autor refleja en su escritura unos valores morales impactantes. Además, teorías científicas explicadas a torpes de una forma maravillosa. Si estás listo, recuerda situar un paquete de pañuelos a tu lado. En la montaña rusa de la vida, las emociones van y vienen, suben y bajan.

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